La italianización del Atlético de Madrid no fue un gran invento del gran Arrigo. Este se pensaba que todos los días inventa algo y que en España funcionan las mismas cosas que en Milán. En el verano del 98, uno de los mejores entrenadores de la historia llega al banquillo más ardiente y exigente del estado español, donde (con el tío Gilito de sheriff) los entrenadores duraban menos que un chupachups en la puerta de un colegio. Con Sacchi en el mando, el club del Manzanares fichó a paquetes como Chamot, Crístian Díaz, Njegus, Serena, Venturin y sobre todo el magnífico Stefano Torrisi.

Tras estar en divisiones inferiores, en el 94 debuta en Serie A con la Reggiana, al año siguiente fichó por "el toro" en el que duró otro año y fichó por el equipo en el que jugó menos mal, el Bologna, donde llegó a ser internacional en un partido en el mundialito de Francia en el 97. Viendo su gran proyección, Sacchi se lo llevo al Atleti en el 98, donde jugó 17 partidos y marcando un tanto. Del club rojiblanco fue al Parma, en el que estuvo 3 años, antes de una cesión fugaz al Marsella. En el 2002 visitó Reggina durante los 2 años siguientes antes de volver al club de sus éxitos los tres últimos años de su carrera: el Bologna. En todos estos equipos jugó un papel estelar, ya que en todos fue suplente y gracias a Dios, en el 2007, colgó las botas... y el hacha.
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