GRANDES PAQUETES
La italianización del Atlético de Madrid no fue un gran invento del gran Arrigo. Este se pensaba que todos los días inventa algo y que en España funcionan las mismas cosas que en Milán. En el verano del 98, uno de los mejores entrenadores de la historia llega al banquillo más ardiente y exigente del estado español, donde (con el tío Gilito de sheriff) los entrenadores duraban menos que un chupachups en la puerta de un colegio. Con Sacchi en el mando, el club del Manzanares fichó a paquetes como Chamot, Crístian Díaz, Njegus, Serena, Venturin y sobre todo el magnífico Stefano Torrisi.
Stefano, este defensa transalpino con la testa reluciente y un físico imponente que cumple las cualidades como, la lentitud similar a la de Luca Badoer, un manejo del balón como el de mi abuela, trazaba la linea defensiva como si tuviera parkinson, sacaba el balón jugado al Frente Atleti y aguantaba a los contrarios de manera que era el encargado de recoger el balón de la red segundos después. Los rivales visitaban a fisios, curanderos y demás del gremio después de los partidos, tras verse las caras con auténticos killers como Chamot, "Super López", Oscar Mena y el susodicho italiano, Torrisi. Afortunadamente para este equipo jugaban cracks como Jugovic, Juninho, Valerón, Kiko o Vieri, que compensaban la inigualable paquetería que formaban Bejbl, Bogdanovic, Jose Mari o "Petete" Correa. Todo fue el anuncio de lo que venía en el año siguiente, la visita al infierno de segunda.
Tras estar en divisiones inferiores, en el 94 debuta en Serie A con la Reggiana, al año siguiente fichó por "el toro" en el que duró otro año y fichó por el equipo en el que jugó menos mal, el Bologna, donde llegó a ser internacional en un partido en el mundialito de Francia en el 97. Viendo su gran proyección, Sacchi se lo llevo al Atleti en el 98, donde jugó 17 partidos y marcando un tanto. Del club rojiblanco fue al Parma, en el que estuvo 3 años, antes de una cesión fugaz al Marsella. En el 2002 visitó Reggina durante los 2 años siguientes antes de volver al club de sus éxitos los tres últimos años de su carrera: el Bologna. En todos estos equipos jugó un papel estelar, ya que en todos fue suplente y gracias a Dios, en el 2007, colgó las botas... y el hacha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario