Espectacular paliza del líder a su eterno rival. La disputa de la liga parece haber acabado y la brillante trayectoria del Madrid queda en una anécdota al lado de la del Barça después de este partido.
El partido llegaba con grandes expectativas para los dos. El juego fantasioso de los culés y la casta y sobriedad del Madrid. Los locales empezaron fuertes y se adelantaron en el marcador. A raíz de ahí los de Pep se hicieron con el mando del partido y no lo soltaron en ningún momento. El juego del Barça estaba siendo más brillante según iba pasando el partido, con momentos de autentico baño y con síntomas que por mucho que durara el encuentro, podría seguir a ese ritmo eternamente.
El Real Madrid, mordía menos que otros días y defendía peor que en las anteriores jornadas. Henry, Puyol y Messi, dejaron practicamente sentenciado el clásico antes del descanso. Casi todas las jugadas de ataque del Barça se volcaban por su banda izquierda, es decir, la derecha de la defensa merengue, donde los azulgranas hicieron lo que le vino en gana, cogiendo la espalda a Sergio Ramos, sin coberturas ni ayudas. El 4 madridista fue una de las claves del partido, pero en lo negativo. Realizó un partido totalmente lamentable, llegando tarde siempre, no eligiendo la opción correcta en ninguna jugada y así los 90 minutos. Todo esto a pesar de su asistencia y su gol. Sus compañeros tampoco dieron la talla, pero demostraron algo más que su lateral derecho. Heinze, Gago y Marcelo estuvieron a un nivel paupérrimo.
La segunda parte comenzó igual que terminó la primera, con el "toque y vete", las paredes continuas, presión en todo el campo, desmarques y permutas perfectas, seguridad defensiva, dominando el juego en todo momento, es decir, es imposible jugar mejor al fútbol.
Aunque marcó primero el Madrid de nuevo, fue un espejismo y Henry inmediatamente después y Messi al rato, dejaron totalmente sentenciado al Madrid. Henry que hace tiempo que disfrutaba tanto en un terreno de juego ya que Sergio Ramos no le vio la cara en todo el partido pero si su número que veía cada vez que el galo le superaba. Iniesta y Xavi, estuvieron a su nivel, tan alto como en toda la temporada, repartiendo el juego a su antojo. Messi no intervino mucho, pero cuando tuvo de frente la portería marcó la diferencia. Piqué demostró que su juego está a la altura de este equipo, reivindicándose como el mejor defensa de la liga con una autoridad y con los conceptos defensivos demasiado desarrollados, características impropias de su juventud. El 3 culé remató su partidazo con el definitivo 2-6.
El Barcelona decide la liga y que mejor sitio que en casa del eterno rival y con una goleada histórica. En el campo se notó la diferencia de juego que hay entre unos y otros, que en la tabla no se mostraba. Ahora es cuestión de tiempo que se proclame campeón.
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